La diabetes en el mundo del buceo  información y protocolos de actuación.

 

  • Introducción
  • Normas para el buceador diabético con DMID
  • Recomendaciones prácticas para el buceador con DMID
  • El compañero de buceo
  • Actuación en situaciones de emergencia
  • El kit del buceador diabético
  • Advertencias

Introducción

Existen básicamente 2 tipos de diabetes:

    Diabetes tipo I: que se desarrolla a partir de un trastorno de la inmunidad, y en la cual las células "Beta" de los islotes de Langerhans del páncreas (un grupo de células con función de síntesis y secreción hormonal) se destruyen con la consiguiente incapacidad absoluta para sintetizar una hormona, la insulina, encargada de regular el nivel de glucosa en sangre (glucemia). La ausencia de insulina es incompatible con la vida a corto-medio plazo, por lo cual el sujeto afecto de este tipo de diabetes precisa de la administración regular (mediante inyección subcutánea o intravenosa, ya que por vía oral la insulina se destruye antes de absorberse) de esta hormona para sobrevivir. También se conoce como diabetes mellitus insulino dependiente (DMID).
     
    Diabetes tipo II: en la cual existe una síntesis normal o disminuida de insulina, residiendo el trastorno en la incapacidad de las células para utilizar esta hormona normalmente (resistencia a la insulina) y por tanto alterándose la capacidad de regulación del nivel de glucemia. Aunque ambas se heredan, en este tipo el carácter hereditario es más evidente, y pese a no comprometer la vida de forma inmediata, está sujeta al desarrollo de complicaciones a largo plazo como el tipo I. Puede controlarse con dieta exclusivamente, al menos en su periodo inicial, con medicamentos orales (distintos de la insulina), o requerir la administración de insulina con la evolución. Se conoce también como diabetes mellitus no insulino dependiente (DMNID).

 

Un diabético está sometido a un mayor riesgo de padecer, con el paso del tiempo enfermedades cardiovasculares (angina de pecho e infarto de miocardio), del sistema nervioso (trombosis cerebral y polineuropatía diabética), renales (insuficiencia renal), oculares (retinopatía diabética) .... A pesar de ello, puede gozar hoy en día de una expectativa de vida semejante a la de la población normal, merced al desarrollo de medicamentos y sistemas de autocontrol. Paralelamente ha mejorado su calidad de vida y por tanto su incorporación a todo tipo de actividades, entre ellas el buceo. Respecto a esta actividad, un diabético debe tener en cuenta algunas CONSIDERACIONES:

1. Cualquier diabético, sobre todo si recibe insulina, es propenso a experimentar variaciones del nivel de glucemia (normal: 70-110 mg/dl):

Hipoglucemia: es el estado en que los niveles de glucemia alcanzan niveles tan bajos, que pueden comprometer el funcionamiento normal de algunos órganos o sistemas, en particular del sistema nervioso. En condiciones de hipoglucemia, pueden experimentarse síntomas de lentitud en la toma de decisiones y razonamiento, incoordinación en la realización de movimientos, malestar general, cansancio, sudoración, mareo y pérdida de conocimiento (la manifestación más temible y con el consiguiente riesgo para la vida). Muchos de estos síntomas son comunes a la narcosis por nitrógeno y a la enfermedad descompresiva, lo cual hace que la valoración de una situación de emergencia sea más complicada en el diabético.
Hiperglucemia: supone la elevación de los niveles de glucemia por encima de valores normales. Aunque no supone un riesgo real inmediato, mantener mucho tiempo una situación de hiperglucemia puede producir una descompensación metabólica que conduce a la deshidratación y a la acidosis. Ambas circunstancias disminuyen la oxigenación del organismo y dificultan la eliminación de nitrógeno, aumentando así la susceptibilidad a la enfermedad descompresiva.
2. El diabético es propenso al desarrollo de enfermedad obstructiva de las arterias, y este fenómeno puede afectar a cualquier órgano del cuerpo. La mala irrigación de los órganos afectados dificulta el intercambio de gases e incrementa el riesgo de enfermedad descompresiva. Pero además puede comprometer la función de órganos esenciales en condiciones de esfuerzo (corazón, sistema muscular...).
3. La realización de ejercicio intenso (como el que se desarrolla en el buceo) supone un consumo de glucosa proporcional (es el combustible preferido por los músculos y el único utilizable por el cerebro) y condiciona una tendencia a la hipoglucemia. El nivel de glucosa en sangre depende de un equilibrio delicado entre el alimento ingerido, el esfuerzo realizado y la cantidad de insulina administrada. El diabético debe conocer como se establece ese equilibrio en su organismo y que medidas puede tomar para provocar desviaciones del mismo en su beneficio.
4. Cualquier circunstancia que incrementa el esfuerzo durante la inmersión, supone un riesgo para la hipoglucemia. Como referencia, todos aquellos condicionantes que sabemos aumentan el consumo de aire, aumentan también el consumo de glucosa: mala acuaticidad, estrés, baja temperatura, buceo en corriente, mal estado de la mar, sobrelastrado, ... Para el diabético, mejorar la técnica de buceo supone algo más que poder prolongar la duración de la reserva de aire.
5. Un diabético que desee practicar el buceo debe preocuparse por tener un control exquisito de su enfermedad, conseguir una situación de estabilidad y aprender a manejar sus niveles de glucemia. De esta forma evitará situaciones de riesgo vital y podrá prolongar su actividad como buceador mucho más tiempo, retrasando o evitando la aparición de complicaciones a largo plazo.
6. En general, un diabético con DMNID, sin complicaciones evolutivas y con buen control de glucemia, bajo control dietético o con medicamentos orales, puede bucear sin problemas. Padecer una DMID supone una contraindicación para el buceo salvo que se realice bajo condiciones controladas y cumpliéndose ciertas normas y criterios que se exponen más adelante.
 
Normas para el buceador diabético con DMID

Cuando comenzó a regularse la práctica del buceo con botella, se consideró que la diabetes, por el riesgo potencial de inconsciencia y muerte, era una contraindicación absoluta para este deporte. Aunque se prohibió de manera taxativa en los años 70 la práctica del buceo a los diabéticos (a raíz de un accidente mortal en un diabético, sin relación probada con su enfermedad), la realidad es que han seguido buceando a lo largo de estos años, en la mayoría de los casos ocultando su condición. El incremento del riesgo que supone esta situación y el hecho de no registrase una mayor siniestrabilidad en los diabéticos que bucean, ha obligado a sociedades y organismos relacionados con la salud y el buceo a desarrollar unas recomendaciones empíricas y a diseñar estudios que verifiquen el riesgo real asociado al buceo en este grupo en particular.

El UK Sports Diving Medical Committee establece como condiciones para la práctica del buceo en diabéticos:

    • Satisfacer una serie de criterios médicos.
    • La adopción de medidas de seguridad adicionales a las habituales para el buceo.

Criterios médicos (comunes a DMNID y DMID)

1. No deben existir complicaciones evolutivas de la diabetes.
2. Condiciones médicas:
  • Tratamiento sin modificaciones mayores en el último año.
  • No episodios de hipoglucemia sintomática seria en el último año.
  • No hospitalización en el último año por condición relacionada con la diabetes.
  • Control satisfactorio de la diabetes en el último año (HbA1c <9 %).
  • No existe microalbuminuria.
  • No existe retinopatía (puede considerarse una excepción la retinopatía incipiente).
  • No existe neuropatía sensitiva, motora o autonómica.
  • No evidencia de micro o macroangiopatía.
3. Adicionalmente se requiere un informe del endocrinólogo sobre si existe en su opinión algún problema físico o mental que incapacite para la realización de ejercicio extenuante (al margen de la diabetes).
4. Debe realizarse un examen físico anual completo por un médico relacionado con el buceo.
5. Es imprescindible en diabéticos mayores de 50 años, la realización de un ECG de esfuerzo.

Bajo criterios semejantes y contemplando medidas de seguridad complementarias a las habituales, la asociación Divers Alert Network ha iniciado una línea de investigación en diabetes y buceo.

De los 550 accidentes fatales y los 2400 casos de enfermedad descompresiva en buceadores recogidos en los archivos de DAN entre 1989 y 1994, 7 (1.27 %) y 8 (0.33 %) respectivamente eran diabéticos. Esto supone unas tasas semejantes a las del resto de los buceadores. Aunque puede argumentarse que de forma natural se produce una selección que aleja a muchos diabéticos del buceo, no es menos cierto que el seguimiento escrupuloso de las normas de seguridad generales y la adopción de medidas adicionales pueden contribuir a que el buceo sea una actividad aun más segura en los diabéticos que en el resto de los buceadores. Según encuestas realizadas por DAN a sus afiliados (1991 y 1995), 129 buceadores con DMID han realizado más de 27.000 inmersiones sin experimentar complicaciones de importancia por hipoglucemia. Basándose en estos datos, DAN organiza desde 1997 varias expediciones de buceo controlado con diabéticos insulino dependientes, al objeto de obtener datos reales sobre la seguridad y establecer un protocolo de normas en este grupo. Hasta la fecha no se ha recogido ningún caso de efecto adverso relacionado con hipoglucemia.

Recomendaciones prácticas para el buceador con DMID

1. No es recomendable bucear mas de 2 veces al día, durante mas de 3 días consecutivos, para aumentar el margen de seguridad respecto a la acumulación de nitrógeno.

2. Es importante mantener un estado de hidratación adecuado y respetar escrupulosamente las recomendaciones generales respecto a descanso, consumo de alcohol...

3. Planificar la inmersión (profundidad, temperatura del agua prevista, hora de inmersión, duración de la misma...) para calcular sobreesfuerzos y prever los ajustes necesarios en la dosis de insulina, ingestión de alimento... El diabético no debe realizar buceos profundos (por debajo de -30 m), para evitar la posible confusión entre hipoglucemia y narcosis por nitrógeno.

4. Reducir la dosis habitual de insulina entre un 10 y un 30 %, según la intensidad del esfuerzo previsto. Ingerir un suplemento nutritivo adicional aproximadamente media hora antes del inicio de la inmersión. Debe iniciarse esta en situación de moderada hiperglucemia (150-200 mg/dl).

5. Deben conocerse los niveles de glucosa antes y después de la inmersión. En los protocolos de investigación se establecen 3 determinaciones previas (1 hora, 30 minutos y 5 minutos antes) y otra inmediatamente después. Si entre los 3 valores previos existe un descenso importante debe considerarse suplementar con alimento o suspender la inmersión. Si alguna de las determinaciones previas a la inmersión es igual o menor de 80 mg/dl, debe suspenderse sin más consideraciones.

6. Es imprescindible asegurar una reserva accesible de azúcares de rápida absorción (en general glucosa), que pueda utilizarse de forma inmediata durante la inmersión si aparecen síntomas sugestivos de hipoglucemia (ver "kit del buceador diabético").

7. Es aconsejable registrar en el logbook datos sobre la dosis de insulina, determinaciones de glucemia, ingestión de alimento... de forma que puedan utilizarse como referencia en futuras inmersiones.

8. Debe establecerse una señal inequívoca que permita al diabético informar bajo el agua al resto del equipo si aparecen síntomas de hipoglucemia. En algunos ensayos se ha utilizado como señal una "L" formada por el índice y el pulgar de la mano derecha, pero puede usarse cualquier otra previamente acordada.

El compañero de buceo

El compañero de un buceador diabético debe reunir algunas características especiales:

1. Debe saber como funcionan los aparatos de determinación de glucemia y estar familiarizado con el manejo de las situaciones de emergencia en caso de hipoglucemia: administración de glucosa, inyección intramuscular de glucagón (hormona que contrarresta la acción de la insulina y constituye algo así como su "antídoto"), etc.

2. Es preferible que se trate de un acompañante habitual.

3. No debe ser diabético a su vez.

4. Debe conocer una señal de comunicación de hipoglucemia que sea inequívoca bajo el agua.

5. Debe asumir la responsabilidad de vigilar estrechamente a su compañero diabético y ser capaz de reconocer cuando este no se halla en condiciones normales.

6. Debe extremar la atención para evitar la separación bajo el agua y observar escrupulosamente las medidas de seguridad en caso de que esta se produzca.

7. Es importante que conozca la ubicación de la reserva de glucosa de seguridad e incluso que el mismo porte una reserva adicional.

Actuación en situaciones de emergencia

1. Ante la aparición de síntomas de hipoglucemia, por leves que estos sean, el diabético debe transmitirlo al equipo o al compañero (señal "L"). La realización de esta señal supone la suspensión inmediata de la inmersión y la adopción de las siguientes medidas de seguridad.

2. El auxilio del compañero en estas circunstancias debe ser inmediato. Debe valorar la gravedad de la situación. Si el comportamiento del diabético es anómalo, la actuación del compañero se vuelve entonces fundamental y debe asumir el protagonismo. Si no es así, el propio diabético debe asumir el control inicial. La primera medida a adoptar es la de ingerir inmediatamente glucosa (reserva destinada a tal fin). Seguidamente se iniciará el ascenso.

3. Durante el ascenso deben respetarse, si es posible, una velocidad adecuada y las paradas de seguridad o descompresión. Es aconsejable realizarlo usando boya de descompresión. Si el diabético es incapaz, el compañero debe controlar el ascenso, y en cualquier caso, este último vigilará que el ascenso se desarrolle de forma adecuada.

4. En superficie, se procederá a inflar el chaleco de compensación y a señalizar la posición, requiriéndose después ayuda inmediata de la embarcación de apoyo. En una inmersión desde orilla, deberá regresarse a la misma intentando que el diabético realice el menor esfuerzo posible.

5. En diabéticos sin complicaciones, la administración de glucosa revierte de forma rápida y completa los síntomas de hipoglucemia. Si persisten, debe considerarse seriamente la posibilidad de enfermedad descompresiva, e iniciar cuanto antes las medidas recomendadas en esta situación.

6. Ya en la embarcación o en la orilla, debe valorarse la utilización de glucagón en inyección intramuscular (ver "kit del buceador diabético"), según el estado de recuperación, y administrar un nuevo suplemento de glucosa. Inmediatamente después se realizará una determinación de glucosa en sangre (ver "kit del buceador diabético). La actuación posterior dependerá de este valor y de la evolución de los síntomas.

7. Durante el traslado a puerto conviene adoptar una posición de reposo, acostado boca arriba o de lado, administrar líquidos por boca, y controlar síntomas y nivel de glucosa si fuese necesario.

8. En caso de PÉRDIDA DE CONOCIMIENTO. Bajo el agua, esta es una situación muy grave, potencialmente mortal. Las maniobras de reanimación son muy difíciles de realizar e inefectivas si no se eleva el nivel de glucemia. La única forma segura y efectiva de revertir una situación de inconsciencia por hipoglucemia es la administración de glucagón intramuscular, lo cual bajo el agua es técnicamente muy difícil, si no imposible. El compañero debe asegurar la posición del regulador en la boca del diabético e iniciar el ascenso lo antes posible, vulnerando incluso las reglas de seguridad y las paradas (ascenso de emergencia controlado). Ya en superficie puede intentarse la administración de glucagón si se dispone de él y requerir ayuda inmediata de la embarcación de apoyo. La mejor intervención ante la pérdida de conocimiento es PREVENIR Y EVITAR su aparición.

9. Si se considera necesario, tras una hipoglucemia que supone una situación de emergencia, debe requerirse atención médica lo antes posible.

 

El kit del buceador diabético

Todo diabético debe disponer de un equipo específico que llevará en cada inmersión. Se compone de:

1. Suplementos de glucosa accesibles y en contenedores estancos (al menos 2):
  • Sticks de gel de glucosa.
  • Suero glucosado 5% en bolsa de 100 ml (de uso médico).
  • Soluciones comerciales de elevada concentración de glucosa (50%): Glucosmón R50 .
  • Cantimploras adaptables al regulador que contengan una solución azucarada.
2. Equipo de autocontrol de glucemia:
  • Autoanalizador.
  • Lanceta.
  • Tiras reactivas de glucosa-oxidasa.
3. Brazalete de alerta médica (opcional).
4. Jeringa para inyección intramuscular de glucagón.
5. Equipo de seguridad
  • Boya de descompresión.
  • Silbato o avisador acústico neumático.
  • Luz de señalización.
  • Radiobaliza (opcional).

 

Advertencias

Las recomendaciones expuestas son experimentales, y se derivan del conocimiento del efecto que el ejercicio intenso ejerce sobre el nivel de glucemia en diabéticos. En ninguna medida están refrendadas por investigaciones en relación con el buceo. La mejor recomendación que se puede dar a un diabético con DMID, es que no bucee. Solo puede ignorar este consejo si conoce bien su enfermedad, su situación clínica es estable, cumple los criterios médicos referidos, sigue las normas de seguridad y asume personalmente la responsabilidad ante el riesgo a que se somete. A la espera de que se publiquen los resultados de estudios actualmente en marcha sobre diabetes y buceo, las medidas recomendadas pueden permitir a muchos diabéticos que ya practican esta actividad, continuar haciéndolo con un nivel de riesgo razonable. No se asume la responsabilidad de eventos adversos que durante el buceo pueda presentar un diabético con DMID, derivados de la puesta en practica de estas recomendaciones.

 

Selección y vigilancia

  • Edad 18 años (16 años si está en un programa especial de entrenamiento)

  • Retardar el buceo después de iniciar/cambiar medicamento

  •       3 meses con hipoglucemiantes orales (HGO)

  •       1 año después de iniciar tratamiento con insulina

  • Sin episodios de hipoglucemia o hiperglucemia que hayan requerido intervención de terceros por al menos un año

  • Sin historia de hipoglicemia no detectada

  • HbA1c 9% no más de un mes antes de la evaluación inicial y en cada revisión anual.

  •       valores de >9% indican la necesidad de una evaluación más extensa y posible cambio de tratamiento

  • Sin complicaciones secundarias de diabetes importantes.

  • Médico/Diabetólogo debe de llevar a cabo una revisión anual y determinar que el buzo entiende bien la enfermedad y los efectos del ejercicio.

  •       en consulta con un experto en medicina del buceo, según sea requerido.

  • Evaluación de isquemia silenciosa en candidatos de >40 años.

  •       después de la evaluación inicial, la vigilancia periódica para isquemia silenciosa puede hacerse según las guías nacionales/locales aceptadas para evaluación de diabéticos.

  • El candidato documenta su intención de seguir los protocolos para buzos diabéticos y de dejar de bucear y buscar ayuda médica en caso de tener algún incidente durante el buceo posiblemente relacionado con la diabetes.

 

Alcance del buceo

  • El buceo se debe planear para evitar:

  •      Profundidades >100 fsw (30 msw)

  •      Duración de >60 minutos

  •      Paradas de descompresión obligadas

  •      Ambientes confinados (ej. cuevas, barcos hundidos)

  •      Situaciones que agraven la hipoglicemia (ej. Frió prolongado, buceos arduos)

  • El buzo acompañante/líder debe estar informado sobre la condición del compañero y los pasos a seguir en caso de tener problemas

  • El Buzo acompañante no debe de tener diabetes
 

Manejo de la glucosa el día del buceo

  • Auto evaluación general sobre la condición para bucear

  • Glucosa en sangre 150 mg·dL-1 (8.3 mmol·L-1), estable o en aumento, antes de entrar al agua.

  •     completar un mínimo de tres monitoreos para evaluar la tendencia de la glucosa en sangre

  •    60 minutos, 30 minutos e inmediatamente antes del buceo

  •     los cambios en la dosis del hipoglucemiante oral o insulina la tarde o el día antes de bucear pueden ayudar

  • Retrasar el buceo si la glucosa en sangre es

  •     <150 mg·dL-1 (8.3 mmol·L-1)

  •     >300 mg·dL-1 (16.7 mmol·L-1)

  • Medicamentos de rescate

  •     portar en todos los buceos glucosa oral lista para usarse

  •     tener en superficie glucagon parenteral.

  • Si el buzo se de cuenta que tiene hipoglicemia debajo del agua, debe de ir a la superficie (con su compañero), establecer flotación positiva, ingerir glucosa y salir del agua.

  • Revisar la glucosa en sangre frecuentemente por 12 a 15 hrs. después del buceo.

  • Asegurar la buena hidratación durante los días de buceo.

  • Registrar todos los buceos (incluir resultados de pruebas de glucosa en sangre y toda la información pertinente al manejo de la diabetes)

 

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